ENMARCADA DENTRO DE LA MASONERÍA DEL SIGLO XVIII, APARECE UNA FIGURA DETERMINANTE PARA EL FUTURO DE LA MISMA, JEAN BAPTISTE WILLERMOZ. SE INICIÓ EN MASONERÍA A LA EDAD TEMPRANA DE VEINTE AÑOS Y EN SU AFÁN EN BUSCA DE UN DEPÓSITO SECRETO DE LA TRADICIÓN VISITÓ TODAS LAS SOCIEDADES MASÓNICAS Y PARAMASÓNICAS QUE ESTUVIERON A SU ALCANCE. MANTUVO UNA PROLÍFICA CORRESPONDENCIA Y CULTIVÓ NUMEROSAS AMISTADES CON PERSONAS QUE ESTABAN RELACIONADAS CON LA MASONERÍA Y EL OCULTISMO. PERO VIÉNDOSE DECEPCIONADO POR CIERTA FALTA DE RIGOR EN LA MASONERÍA DE ESE MOMENTO, Y CON UN SENTIMIENTO INTENSO DE PONER EN PRÁCTICA TODO EL SABER ADQUIRIDO POR SU EXPERIENCIA, QUISO MEJORAR EL BIENESTAR DEL HOMBRE Y POR ESE DESEO EMPRENDIÓ UNA PROFUNDA REFORMA DE LA MASONERÍA CREANDO EL RITO ESCOCÉS RECTIFICADO, RITO QUE HA LLEGADO A NUESTROS DÍAS SIN INGERENCIAS NI MODIFICACIONES QUE HAYAN ALTERADO SU ESENCIA PRIMIGENIA. ES UN RITO TOTALMENTE AUTÉNTICO Y GENUINO. ESTÁ EN MANOS DE LOS MASONES RECTIFICADOS MANTENER VIVA ESA LLAMA LEGÍTIMA PARA TRANSMITIRLA A FUTURAS GENERACIONES DE MASONES.
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