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domingo, 29 de noviembre de 2020

EL RITO ESCOCÉS RECTIFICADO, UNA MIRADA SINGULAR DENTRO DE LA MASONERÍA

En distintas ocasiones hemos hablado de las particularidades del Rito Escocés Rectificado; de sus orígenes distintos a los de las Constituciones de Anderson de 1723, consideradas como fundacionales de la masonería especulativa. De su indiscutible carácter cristiano que hace, que solo puedan acceder a la Masonería Rectificada, cristianos bautizados; de la Orden de caballería que la culmina y dirige.


Hoy quisiera hablaros de otro aspecto, en absoluto desdeñable y que acentúa dicha singularidad, me atrevería a decir, casi, por encima de cualquier otro rito que configura el elenco de ritos masónicos, y que hace del Rito Escocés Rectificado que sea único y en absoluto comparable con cualquier otro rito masónico conocido y existente.


Todos vosotros, Q.·.Q.·.H.·.H.·. sois perfectamente capaces de distinguir entre la masonería histórica de oficio u Operativa compuesta por los gremios de constructores que llenaron Europa de magníficas catedrales y construcciones hasta, bien entrado el siglo XIV; y la masonería Especulativa que ha llegado hasta nosotros, creada o (re)creada entre los siglos XVII y XVIII.


No entraré a glosar la masonería histórica o sus orígenes, etapa que, por otra parte, otros han estudiado mejor que yo, como el mismo R.H. Eduardo R. Callaey, ni me enzarzaré tampoco en discusiones sobre si la masonería escocesa es más antigua que la inglesa, que se quiere surgida en 1717 con la creación de la Gran Logia de Londres. En primer lugar, porque ya he dado mi opinión en anteriores ocasiones y escrito sobre el particular, y porque haciendo un juego de palabras, podría decir: historiadores “tiene la iglesia”, que han puesto de manifiesto la primacía de la masonería Especulativa escocesa estuardista, anterior a la inglesa y el contexto en que surgieron ambas, como es el caso del autor (y Hermano en masonería) André Kervella, en diversas de sus obras.


Centraré pues mi exposición del día de hoy en ese otro aspecto a que antes me refería y que hace del Rito Escocés Rectificado un rito masónico único e incomparable a cualquier otro.


Ese otro aspecto consiste en que la Orden Rectificada es una vía iniciática, y ello de manera rotunda y singularmente diferenciada.


Ante tal afirmación, se me podría responder: Que toda la Masonería es iniciática, o al menos así se dice.


Ciertamente, la mayoría de Obediencias masónicas especulativas, con indiferencia de tendencias y del rito(s) masónico(s) que practiquen se dicen iniciáticas. Este “subtítulo” con el que todas las Ordenes masónicas gustan de “adornarse”, merecería ser objeto de debate entre sus máximos responsables para ver lo fundamentado o no de tal afirmación. Lo cierto es que cuando dicho debate se ha puesto encima de la mesa; en España el Centro Ibérico de Estudios Masónicos (C.I.E.M.) lo intentó, finalmente, no pudo llevarse a cabo, siendo eludido por diversas y variopintas razones, que imposibilitaron su realización.


Pero ¿qué entendemos -nosotros- por vía iniciática?: es un camino de realización espiritual.


Todos los que estamos participando de esta reunión virtual, conmemorativa de la festividad de San Andrés 2020, Asamblea General de todas las Logias Reunidas y Rectificadas en grado de Aprendiz, somos masones; muchos venidos de otras Obediencias y ritos que no el R.E.R. y otros que habéis nacido a la Masonería en el Rito Escocés Rectificado. Pero en cualquiera de los dos casos tenéis idea de “otras masonerías” que la nuestra, aunque sea por reportajes o series televisivas (no hace mucho se exhibía una serie sobre la masonería inglesa en Netflix: “La masonería: Pasado, presente y futuro” 2017) que resultaría muy ilustrativa de lo que estamos exponiendo.


Cualquiera que haya visto dicha serie u otra parecida, habrá podido darse cuenta que la masonería que allí se nos presenta: de fastuosos desfiles, ricas decoraciones y magníficas regalías, es otra cosa muy distinta al camino de interioridad a que nos invita la noción de vía iniciática a que me estoy refiriendo.


Por otro lado, esas mismas Obediencias masónicas, sean estas de la tendencia inglesa o liberal, a la pregunta de ¿Qué es la masonería?, responden a coro que: es una escuela de ética y moral. En esta respuesta pueden coincidir tanto la Gran Logia Unida de Inglaterra como el Gran Oriente de Francia, con la diferencia que los primeros se declararán teístas, mientras que los segundos adalides de la tendencia liberal, abogarán por la “libertad absoluta de conciencia”.


Luego, nos preguntamos, si realmente la masonería es una escuela de ética y moral, ¿para qué son necesarias las ceremonias y seguir un ritual preciso? ¿Qué sentido tiene? Para aprender ética y moral, tenemos las escuelas de filosofía y las universidades ¿para qué entonces la Masonería?


Si de lo que se trata es de desfiles fastuosos y engalanados. En España tenemos las comparsas de moros y cristianos, en todo el litoral del Levante mediterráneo, que por primavera conmemoran las luchas de la Reconquista en territorio hispano, que no tienen nada que envidiar en fastuosidad y majestuosidad a los desfiles masónicos y además son mucho más divertidos y amenos, terminando todos ellos por un gran banquete.


Me atrevería a remachar el clavo, diciendo: la Orden Masónica, o es iniciática o no será.


También he leído en alguna parte, que la Masonería tiene por misión: “preparar la concordia universal, mejorando tanto al hombre como a la sociedad”. Definición un tanto vaga y poco precisa, pero que podríamos dar por buena o cuando menos cargada de buenas intenciones.


Pero a la vista de tal definición de objetivos de la corporación masónica internacional, y teniendo en cuenta que uno de los lemas de la Orden Masonica es Ordo ab Chaos (Supremo Consejo del R.E.A.A.), cuya traducción o aplicación vendría a ser: llevar orden al caos. Podría llegar a entenderse que la Masonería pretende poner orden en mitad del caos, lo cual, estaría en armonía con la noción de llevar orden al mundo, a la sociedad, la cual, resulta obvio que está necesitada de un cierto orden.


Si nuestros planteamientos son correctos, nos asalta la pregunta, pero si la masonería especulativa existe desde hace casi 300 años (219 para ser exactos, si contamos a partir de la creación del primer Supremo Consejo del R.E.A.A. en Charleston), luego ¿qué se ha conseguido durante todo este tiempo? Además de brillantes desfiles por las calles con los atavíos masónicos y regalar alguna que otra ambulancia a la Cruz Roja.


¿No sería mucho más lógico -más realista y menos ambicioso- que, en lugar de querer cambiar al conjunto de la sociedad, empezáramos por cambiar al individuo? ¿Cómo pretender limpiar el mundo, cuando no hemos sido capaces todavía de barrer y ordenar la propia casa?


Y vuelvo aquí a mi rotunda afirmación anterior: la Orden Masónica, o es iniciática o no será.


Decíamos hace un rato que la Masonería especulativa tal cual la conocemos hoy, surgió en el siglo XVIII, en un momento de gran cambio social en la vieja Europa en que se decidió derribar un ordenamiento y modelo social vigente hasta entonces y que venía funcionando desde la Edad Media, y que supuso un rompimiento que tuvo por hito la Revolución francesa y todas las convulsiones sociales y derramamiento de sangre que conllevó.


Es en este marco y en este contexto y movimiento social que tiene lugar el nacimiento de la actual Masonería especulativa, nacimiento que no fue ajeno al rompimiento del modelo establecido, habiendo masones tanto entre los partidarios de derribar el modelo establecido como entre los defensores.


Y ¿dónde se sitúa el nacimiento de la Orden Rectificada o Rito Escocés Rectificado? A botepronto, si hablamos de Orden Rectificada, ello deja suponer que la Orden masónica ya existía anteriormente y que la misma no debería ser a gusto de todos, cuando necesitaba de una Reforma. Porque el nacimiento del Rito Escocés Rectificado, supuso exactamente esto: una Reforma de la Orden Masónica.


Quizá si echamos un vistazo a algunas fechas, entenderemos mejor la cronología y antigüedad del Rito Escocés Rectificado en relación a otros ritos y sistemas masónicos.

 

-          1717 creación de la Gran Logia de Londres

-          1723 promulgación de las Constituciones de Anderson

-         1782 Wilhelmsbad (Alemania) aprobación de los 2 Códigos (Constituciones) así como de los rituales (del 1º hasta el 6º). Nacimiento del Rito Escocés Rectificado.

-       1785 Aparición en Francia del Regulateur du Maçon que venía a dar forma al conjunto de ritos masónicos practicados en Francia (otros que el R.E.R.) y que hoy conocemos como Rito Francés

-         1789 Revolución francesa / Declaración de los Derechos del Hombre

-     1801 creación en Charleston del primer Supremo Consejo del R.E.A.A. (33 grados)

-       1813 creación del Rito de Emulación o conciliación en Inglaterra después de casi 60 años de disputas entre los Antiguos y los Modernos.


Con un simple vistazo podemos echar cuenta que el rito masónico más antiguo con sus rituales aprobados (e impresos [los 2 Códigos y los primeros 4 grados], pues para evitar cambios e innovaciones, se hicieron imprimir entre agosto-septiembre de 1782) es el Rito Escocés Rectificado.


Como continuación a dicha ojeada, y si tenemos en cuenta que el Rito Escocés Rectificado nació como una Reforma (concretamente de un rito conocido como la Estricta Observancia templaria) habremos de concluir que los ritos hasta entonces conocidos no servían o eran útiles a los propósitos que la Orden Masónica se había establecido.


Y aquí llegamos a lo que singulariza y diferencia el Rito Escocés Rectificado de cualquier otro rito o sistema masónico conocido: está concebido como una vía de progresión iniciática, dentro del marco de la religión cristiana.


¿Qué entendemos por vía iniciática? Pues un camino de interioridad y maduración personal concebido para conseguir una transformación del individuo que le lleve a una reorientación y reconsideración de sus relaciones para con Dios, la Creación (la naturaleza, el entorno y el Universo) y para con sus semejantes (el prójimo) a partir de esa misma interiorización y reencuentro de esa imagen de Dios en uno mismo. Un proceso auténticamente iniciático que lo ha de llevar al cambio y transformación de sí mismo, en primer lugar, para como miembro de la sociedad y del mundo, propiciar una sociedad más justa y equitativa -en la medida de sus posibilidades y capacidades- de la sociedad de la que forma parte.


¿Cómo se lleva a cabo dicha transformación? Mediante una metodología iniciática y progresiva, desplegada a lo largo del conjunto de nuestros rituales e Instrucciones (presentes en cada grado) en que, de alguna manera, las instrucciones presentes en un grado explican y justifican el precedente, actuando el primer grado de Aprendiz como sumario o compendio de todo el trabajo a realizar, y así sucesivamente hasta el final del primer ciclo (nuestra Clase Simbólica en 4 grados) y luego en la Orden Interior de caballería. Evidentemente, el trabajo [el proceso de interiorización] a realizar es un trabajo de tipo espiritual.


De hecho, la práctica ritual y la reflexión necesaria sobre nuestros textos [exhortaciones de quien dirige nuestras ceremonias y liturgias] así como de las Instrucciones que antes hemos mencionado, constituirían una modalidad de “ejercicios espirituales” (los Jesuitas han desarrollado su modalidad propia a partir del trabajo de san Ignacio de Loyola), teniendo todo ello como guía la doctrina ecuménica de la Iglesia cristiana, que nos guarda de interpretaciones erróneas o desviadas, que pudieran tener lugar en una mala lectura de la noción de Iniciación y del esoterismo cristiano, proclive a interpretaciones diversas y que la doctrina ecuménica de la Iglesia cristiana, garantiza su auténtica interpretación.


Así es como se practica, entiende e interpreta el Rito Escocés Rectificado, en tanto que vía iniciática de realización espiritual en el seno del GRAN PRIORATO DE HISPANIA en España e Hispanoamérica, tanto en sus Logias de la Clase Simbólica como en los Capítulos de la Orden Interior de caballería.


No obstante, dicha práctica no siempre es así en otras jurisdicciones practicantes del Rito Escocés Rectificado, tanto en España como en otros países. Lo que sí nos comprometemos los Dirigentes del Gran Priorato de Hispania, es que las condiciones en que dicha práctica del Rito Escocés Rectificado en toda nuestra jurisdicción, se haga de acuerdo a estas condiciones y con esta interpretación que aquí he expresado.


29 de noviembre de 2020

Ramón Martí i Blanco                                                                                          

Gran Maestro/Gran Prior Emérito

GRAN PRIORATO DE HISPANIA 

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